viernes, 25 de marzo de 2011

Surcando los cielos y palpando los horizontes

Camaradas
En esta ocasión se le ha preparado a la Reina un festin digno de su máxima investidura. Un platillo ambicioso enmarcada dentro de 100 minutos de destellos y sutilezas. Un platillo que eriza la piel de tan refinado estilo de composición, arreglo y ensamble. Un armonioso bacanal que conforme se degluta va dejando sensaciones placenteras a lo largo de la digestión.
Como su título indica, éste es un material que nos transporta por una carretera que a su vez nos conduce por senderos novedosos. Un largo paseo a lo largo de un explayado paisaje sonoro que se renueva conforme se avanza de rola en rola. Larry Grenadier, Jeff Ballard, Joshua Redman, Matt Chamberlain, músicos de altura que acompañan a este bato que en lo personal considero como el nuevo Keith Jarret (claro, menos los pujidos).
Favor de escuchar con audifonos, bien descansados y con algún estimulante digno de tal ocasión. Me cae que serán sorprendidos. El maestro de las teclas ha trascendido a niveles elevados, rozando las alturas por donde cruzan las aves y los serafines. Embrigble fusión de estilos dentro de un marco mesurado pero hasta cierto punto radical. Dos narrativas paralelas enmarcadas dentro de un sólo material. Un concepto bifacético, de manera similar a como el maestro Jarret luego nos entregaba sus obras (The moth and the Flame, Rites, etc).
En fin, creo que sobran las palabras para describir semejante manjar. Mejor los invito a que degusten y que compartan con su opinión y comentario.
Con ustedes: Brad Mehldau - Highway Rider


http://btjunkie.org/torrent/Brad-Mehldau-Highway-Rider-2010-mp3-Cov-320/4358d55706b14c9b9c40faa07fe594d8f3d08f690db0

5 comentarios:

sergio dijo...

prueba

sergio dijo...

En mi mas sincera opinion , yo creo que ambicionó demasiado el buen Brad,para mi gusto con un disco era mas que suficiente.
Las 5 primeras rolas son muy buenas.
la sutileza de John Boy,las cuerdas venenosas de don´t be sad,mi favorita Highway rider que escuchamos en el club y con los efectos del atomic haze aluciné que la bataca era programada( por la tarola piccolo )
y el solo de piano de the falcon en 7/8
Pero de la 6 a la 8 me dió una hueva terrible y la segunda parte es muy repetitiva.
No cabe duda que es un gran pianista y se le reconoce el hecho de que se lanzó a arreglar para toda la orquesta,pero yo me quedo con el pianista.
Las batacas del Jeff Ballard estan chingonas con sus grooves drum and bass.
Creo que no es bueno comparar pero pensando en discos de pianistas que abarcan mas que el formato clasico de trio o cuarteto pienso que nadie le ha llegado al primero de Lyle Mays

El Nahual dijo...

Estoy de acuerdo, al disco le sobran rolas. Sin embargo, el Brad se rifa en la definición de un estilo muy particular, expandiendo el trio a distintos formatos, y en experimentar se le fue un disco completo de más. De hecho, muy recomendable y disfrutable.

Moonman dijo...

Concuerdo con sus comentarios, el segundo disco esta de hueva, ¡pinche chango pretencioso!
Lo bueno es que tenemos la facildad de hacer caso omiso de la segunda parte y quedarnos solo con la primera parte que es realmente una delicia.

rana dijo...

Ya nadie entra a la cueva pues esta llena. Los primeros si cupieron, los últimos se mojan en la lluvia del descontento. Ese segundo disco que quedo mojandose fuera tiene pocos que se refugiaron con paraguas. Pedacillos de rola que se rescatan del agua que moja la tinta de las partituras mandandolas directamente al mundo de lo destruido y no creado consustancial al padre, amen.
Joshua Redman le sca jugo precioso al metal doblado y recto que tiene entre sus garras y que resopla con el hocico bien apretado. Delicia que esta en las partes mas elevadas del disco.
Ahora bien pinche moon man...cómo te atreves a comparar a Keith con Brad. Es como comparar a una vieja jorobada con vejiga deficiente que se orinó ayer y ni se a bañado y que esta frente a ti en la cola para conseguir monedas que tragarán las maquinitas cobradoras del colecivo, con una trabajadora hormiga que esta descansando en la cámara de los hogos del hormiguero comiendo placidamente y rascandose las antenitas.
La obra engendrada en estos discos expone a un pianista con una profunda angustia bipolar. Sus temas son profundos, misericordiosos y con brillos de acuarela, más derepente entra el demonio y le hace escribir payasadas carnavalezcas en un claro intento de autosuicidio. Habrá que mandar el ya famoso segundo circular directamente a la basura y que Joshua nos perdone.